martes, 6 de octubre de 2009

Entrevista....

Esta es una entrevista que hice para "Redacción Periodística" y quería compartirla con ustedes antes de que el profe la vea y la someta a correcciones con las que (por una simple cuestión de estilos) casi nunca estoy de acuerdo je..
Además porque la mujer que ven en la foto y a la cual entrevisté es MI MAMÁ.

Montoneros fue una organización guerrillera que se identificó con la izquierda peronista y que desarrolló la lucha armada entre 1970 y 1979. Una vez que asumió la presidencia de la nación Héctor José Cámpora, sus acciones se dirigían a la instauración en la Argentina de un sistema político que denominaban Socialismo Nacional, al que consideraban como la evolución histórica natural del peronismo.
La cuidad de Gualeguaychú no estaba ajena a este movimiento, Silvia Esquivel hoy tiene 51 años y recuerda que a los 16 se unió a Montoneros, “éramos todos adolescentes que comenzamos militando en la Juventud Peronista y la mayoría estudiábamos en el Colegio Nacional”.
Silvia nació en el seno de una familia peronista, su padre desde muy chica le inculcó el respeto por los valores y la defensa de sus ideologías. “Íbamos a las reuniones porque se vivían momentos muy difíciles en el país y necesitábamos escuchar propuestas de acción que generaran un cambio, además en esa época los jóvenes se comprometían más con sus ideales”, aclara Silvia con seguridad.
Los objetivos de Montoneros eran la desestabilización del gobierno de facto autodenominado "Revolución Argentina" (1966 - 1973) y el retorno al poder del General Juan Domingo Perón. Silvia relata la manera de actuar que tenía la organización en Gualeguaychú: “Nosotros realizábamos actos multitudinarios en las unidades básicas de los barrios y repartíamos panfletos para incitar a la gente a que nos acompañe en la lucha por la vuelta del General”.
Por otra parte, ella cuenta que no era fácil pertenecer a Montoneros, “con el tiempo nos enteramos de que éramos vigilados por agentes de inteligencia del gobierno y eso trajo como consecuencia 2 allanamientos en nuestra casa”. Silvia todavía recuerda el ruido de los golpes de los fusiles automáticos, que casi tiran la puerta y cómo rodearon la manzana en la que se encontraba su casa, en busca de un arma que la familia nunca tuvo.
La agrupación era presidida por 4 líderes, la mujer declara que “ellos eran quienes acompañaban las operaciones que realizaba lo que conocíamos como el Alto Comando en otras partes del país y luego nos decían que todo había resultado exitoso, pero nunca especificaban de qué se trataban aquellas operaciones”. Silvia también explica que los líderes fueron llevados detenidos y que 2 de ellos integran la larga lista de desaparecidos, mientras que los otros fueron liberados con el advenimiento de la democracia.
Los Montoneros lograron su principal objetivo cuando el General Perón ganó las elecciones de 1973, retornando al poder después de 18 años de exilio. Respecto a ese momento Silvia cuenta: “lo vivimos como una fiesta, nos quedamos celebrando en un local que alquilamos hasta que la policía rodeó el lugar y nos obligó a salir”.
A partir de entonces, para Silvia ya estaban casi todas las metas cumplidas, “sentía que no teníamos mucho más por hacer, lo habíamos hecho volver ahora era necesario dejarlo gobernar y continuar apoyándolo, para que se realicen esos cambios sociales por los que luchamos”. Además, aclara que las reuniones se tornaban cada vez más violentas y que en los discursos “podíamos leer entre líneas que lo que intentaban los líderes del movimiento, a nivel nacional, era tomar el poder”, por lo que un tiempo después abandonó Montoneros.
Cuando se la interroga sobre cómo ve ella, en la actualidad, ese momento de su vida, Silvia declara: “es algo de lo que no me arrepiento porque, desde mi lugar, luché por lo que creía justo. Pero hoy se que éramos muy ingenuos producto de nuestra juventud y no podíamos ver lo que en realidad estaba pasando: entramos con un objetivo claro, después eso fue cambiando y formando parte de intereses personales de cierta gente que, al menos yo, no compartía”.
Ella con firmeza resalta que nuca tuvo miedo, “porque la misma inconsciencia de la adolescencia es la nos llevó a actuar de determinada manera y pensando que nada nos podía pasar”.
Por último Silvia hace una reflexión y sostiene con nostalgia: “sin dudas fue una guerra inútil y despareja, porque nunca alcanzamos lo que en verdad queríamos que era la paz social. Pero es bueno tener utopías por las que luchar, aunque muchas veces sea imposible cumplirlas”.

1 comentario:

  1. Está muy buena. SE IMPRIME!!!...
    Y la verdad muy buena onda que tu vieja haya estado en una organización así.

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